domingo, 6 de junio de 2010

VUELVE EL MITO, VUELVE “GENTE DEL PUEBLO”


Después de casi 25 años de ausencia, de recuerdos, de nostalgia por lo que fue el grupo musical de la clase obrera andaluza por antonomasia, vuelven de nuevo, vuelve “Gente del Pueblo”. Aún hay quien tiene todas sus grabaciones guardadas como paño en oro, quienes se saben todas sus canciones enteritas, quienes se arrancan en las tabernas, nudillos en mesa y paladean una sevillana tranquila que sále de la tierrecilla del tuetano del que la canta, mientras otros la escuchan con los bellos como puntas de orquillas y de hoces y aún hay, sigue habiendo, cada vez más jóvenes que se sorprenden y que les cuesta trabajo asimilar que un grupo así existiera, cuando encuentran alguna canción rociada por youtube y en general por la red: cómo es posible?- se preguntan, si son sevillanas!-se sorprenden. Sí, con sevillanas, coplas, rumbas, fandangos y hasta con pasodobles, construyeron el mito del grupo que era todo lucha, canciones para luchar, canciones que salían de la brega diaria, canciones para aprender a luchar, canciones para que no se olvide la lucha, canciones cantadas por pobres rebeldes, para pobres combativos que las tomaban por bandera y las convertían en himnos. Nunca hubo tanta simbiosis entre obreros y trovadores como en esos finales de los '70 y principio de los '80, en los que “Gente del Pueblo”, campaban por las tierras de Andalucía o de Cataluña o de cualquier rincón de Europa donde hubiera un emigrante andaluz. Sin cobrar, muchas veces, en autoestop, en coches que se quedaban en el camino y había que llegar a pie al tajo de la música, sin ninguna facilidad, sin ningún lujo ni capricho, como el que abre un surco en la dehesa para que entre el agua dándole vida a la tierra, “Gente del Pueblo” forjó una leyenda y se quedó en el subsconciente y el adn de cada jornalero y campesino andaluz. “Gente del Pueblo”, como grupo, quedó tan marcado en las entrañas de los obreros del campo, que hoy, cuando la crisis perenne con la que el capitalismo rodea a los trabajadores del campo crece y se regodea sobre los más débiles , “Gente del Pueblo” vuelve a brotar como un chaparro que sólo diera frutos, como Diamantino, en la extrema necesidad.

Eran mediado de los '70, Franco había muerto, pero la rabia que dejó y nunca se fue, golpeaba como hacía tiempo que no lo hacía, la represión era atroz y entre los gritos de dolor y de arenga, surgía una voz, la voz de Carlos Cano cantándole a la Verde y Blanca, la arbonaira a la postre, “amo mi tierra, lucho por ella, mi esperanza es mi bandera”. Esta situación anima a un grupo de chavales de Morón de la Frontera a cantar la actualidad del trabajador, con los estilos musicales más sencillos, más llanos y los que tenían más a manos: sevillanas, rumbas y fandangos. Se constituyen formalmente en 1976 y con sus “Sevillanas de la Autonomía” llegan a todos los rincones de Andalucía, sobre todo, através de las casetas de ferias de los partidos comunistas y los sindicatos obreros. Esta fue y sigue siendo en muchos pueblos, la sintonía constante de los lugares donde los trabajadores van a celebrar, compartir o descansar, esta es la sintonía que les recuerda constantemente quienes son, de dónde vienen y que es lo mucho que queda por hacer. Desde entonces y hasta 1986, “Gente del pueblo”, que venían de sufrir las injusticias del trabajo del campo, se conviertieron en la voz, el reclamo y la memoria de los explotados. Sus letras contaban las penurias del trabajador malpagado del campo, denunciaban los injustos, por necesidad, trabajos infantiles, señalaban episódios importantes de nuestra historia o recordaban a compañeros caidos en la lucha como Miguel Roldan, asesinado cuando pedía agua para beber, o Juan Miguel Mejías, emigrante asesinado en Barcelona por un Guardia Civil borracho, o incluso Jesús María Zabala, en este tema, el nombre de Euskadi, aparecía por primera vez en una sevillana . Y es que lo que hacía “Gente de Pueblo”, olía a revolución, los grupos de sevillanas tradicionles se sentían incómodos ante la irrupción de los de Morón, algunos reaccionaban, incluso, violentamente pues eran niños de señoritos o de mastines de los cortijos, otros intentaban letras reivindicativas, poco explícitas y muy generales, más bien, mendigando una mínima cuota de atención del pueblo sencillo y humilde y otros como Renaceer o Bordón 4, en ciertos temas, sí supieron estar a una altura considerable . Lo intentaron incluso Los Marismeños, con un bonito tema sobre Palestina que después se encargaron de hacer desaparecer, cuando les dió por tocar en las casetas de ferias del PP y del PSOE. “Gente del Pueblo”, cambió todo el panorama de la música popular de entonces, sobre todo en el entorno de las sevillanas, porque con sus canciones, estaban cantando la historia reivindicativa de Andalucía de los castigados y olvidados de aquellos momentos y lo hacían con un lenguaje que brotaba de la tierra regada con el sudor de los de abajo y con palabras sencillas y contundentes como un arado entrando en el pecho o una hoz segando las injusticias.

Hoy vuelve “Gente del Pueblo”, con los temas de antes que seguirán sonando frescos:


“Teneh kuidao, teneh kuidao

teneh kuidao kon lo ke baih kantando

teneh kuidao

mira lo ke a nosotroh

noh'a pasao

ke sólo kieren

ke kantemoh a la feria

ke sólo kieren

ke able de furbo y toro

y de kereleh.”

o:

“Donde bah Hosé, donde bah Hosé,

a la kaye nueba ke me boi a beh,

ke me boi a beh,

kon mih kompanyeroh,

ke me boi a beh,

pa ehplicahle a uno nuehtro padeseh,

nuehtro padeseh:

ke ehtamoh paraoh

i ehto no pue seh

porke mih xikiyoh

no tien ke komeh,

no bamoh uniendo

por eso yo boi

a beh si se enteran

ke ehto ai ke arreglahlo

d'arguna manera.“

porque para el pobre no ha cambiado mucho la cosa y además vuelven con canciones nuevas, actulizadas, valientes como siempre y combatiendo a las viejas especies de cizañas que el capitalismo riega y cuida cada vez con más esmero: la mentira y el miedo.

Vuelve “Gente del pueblo”, vuelve la dignidad de un pueblo hecha canción, no se lo pierdan si tienen oportunidad de escucharlos en directo, suena igual y son los mismos.