miércoles, 9 de enero de 2013

Año nuevo, costumbre nueva...




Me mudo, me cambio de acera radiofónica. Desde hace ya varias décadas, me considero un radiollente asiduo y persisitente, aunque no hincha o entusiasta de alguna emisora en concreto. En casi todas las emisoras he tenido algún programa favorito o algún locutor favorito en alguna determinada época. Fuí escuchante de Julio Cesar Iglesias, en Radio Nacional, no me perdía a José Luis Albite de Onda Cero, me encantaban los miniespacios de Vicente Romero y me siguen gustando las intervenciones de Fran Sevilla o de Joaquín Araujo, pero me temo que los voy a ecuchar ya menos desde hoy.
Por escuchar y para tener referencias críticas, de vez en cuando, opto por oir a los antis, poco tiemp, pero creo que hay que ver por donde va esta gente, para entender ciertas situaciones o ciertos matices de ciertas posturas políticas. Para mi los antis son: Genma Nierga (anticomunista), Carlos Herrera (antiobrero) o Federico Jiménez Losantos (Anti casi todo), hay más antis, pero sería una lista demasiado larga y estos son los verdaderos icónos de los antis.
Últimamente, los recientes pasados años, sí me estaba entusiasmando una emisora en concreto: Radio Nacional. Por la mañana con Juan Ramón Lucas, tenía un paso, un buen profesional como tantos que supo rodearse de un buen equipo y crear un ambiente radiofónico muy digerible. Y por la trde... la tarde, era expectacular, no he disfrutado tanto en mi vida escuchando radio como lo hice con Asuntos Propios de Toni Garrido, eso, para mi, era radio, radio de la buena, de la de calidad.
Después llegaron los recortes también a este campo y la cosa cambió bastante. Han entrado a dirigir la mañana y la tarde Yolanda Flores y Manolo H.H., profesionales, normalitos, sin ahondar mucho y más bien sumisos a ciertas corientes conservadoras impuestas por los nuevos dirigentes. Yo he seguido escuchando R.N., quizás por inercia o quizás por saber que las habas que se cuecen en otras cacerolas son aún más insípidas, pero todo tiene un límite y el límite me llegó hoy, cuando H.H., ha anunciado la incorporación de Alberto Boadella a la mañana ,en un miniapartado titulado el carajillo. No he podido más, he aguantado la ausencia de Vicente Romero después de casi 20 años, el regreso o reconquista de Sánchez Dragó, pero Albert Boadella, a este vividor, oportunista, pancista, traidor y embustero no estoy dispuesto a escucharle ni una palabra más, porque sus palabras aún envueltas en el eter ondular radiofónico hieden (híen), huelen que dañan, porque la hipocresía y la mentira no necesitan materia para golpear porque atacan y lastiman la sensibilidad y la inocencia de la gente. Definitvamente me voy, me largo a otro aposento del dial, estamos a principio de año y es el mejor momento para renovar costumbres y además, son ya más de las 8 de la tarde y es el momento idóneo, para sacar la basura, ciertas basuras, a la calle.